Bébeme una historia del costado del ombligo,
mastica los restos de mi incendio forestal
sin más raíces ontológicasque las de la petición inacabada
de tu lengua borrándome las fronteras.
Ya las palabras disecadas nos observan desde afuera
ya somos imagen para nuestros pensamientos
pero aún, en este último instante
puedes desearme la superficie
desmenuzar el borde ansioso de mis límites
tragar lento a tu otredad.
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