- Desprenda las costras del tejido
sobre el que yace inerte. - Defínase desde el silencio eterno
(cansado de susurrar en función de las heridas). - Deje al viento que sople la verdad.
- Sea andado por la empedrada montaña
y precícela por los pasos propios
y no la montaña a usted sujeto lector por sus rocas. - Luego las alas se irán cansando
de ser océano de las olas,
pero hay que esperar
a desvanecerse en la inquietud. - Finalmente, cure al animal nostálgico
con la resignación de lo magnánimo y déjelo ir.
21 sept 2008
Para soltar al anhelo:
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1 comentario:
"El silencio será eterno por mucho tiempo... por lo menos hasta que alguien decida llamarlo por su nombre"
LA LUZ
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