A ver un cielo y recordar que no vale por que lo admire.
A ser digna por contemplar y callar al acecho del viento.
Enteramente esclava de mi tiempo.
De una parte del todo que puede ser dicha con palabras.
A sentir de nuevo la necesidad de volver a aquello.
lo que me constituye en mi tempranitud
A beber y expulsarlo todo
A no tener nada que decir,
NADA.
A saberme la sinceridad en las mentiras.
Estoy segura del lenguaje de los arboles
que beso y me desconocen.
La frialdad es mía, pero, pero, pero, los susurros de los arboles me recordaron que mi cuerpo es infinitamente inútil. Es todo.
La energía vital que me impulsaba a gritarles se me olvido a la mitad, o a la tercera parte?
Si, en pedacitos clasificables.
Pobre, pobre juguete tecnológico.
Entonces nos vemos luego. Espero ser para entonces la misma maquina que repite voz y gestos de la correspondiente anatomía.
16 sept 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario